El tiempo nos irá alumbrando el camino para mantener una armónica convivencia de los verdaderos sentimientos y los artificiales

Entre Vinos Conversamos

El tiempo nos irá alumbrando el camino para mantener una armónica convivencia de los verdaderos sentimientos y los artificiales

ENTRE VINOS CONVERSAMOS
Sentimientos Artificiales
9 de Abril, 2024
Alfredo Sanfeliz & Victor H. Biasi

Una vez más nuestro encuentro de Entre Vinos Conversamos EVC nos permitió pasar un gran rato con doble fruto. Por una parte, pudimos intercambiar interesantes reflexiones, quizá no escuchadas hasta entonces, sobre los sentimientos artificiales y sobre el sorprendente mundo de la interacción emocional de una máquina con las personas.

Por otra parte, y también como un fruto en la búsqueda de una creciente mejora de nuestras capacidades conversacionales, pudimos tomar conciencia de lo difícil que resulta muchas veces mantener la conversación centrada en el tema específico sobre el que se pretende deliberar. En este caso, la omnipresencia de la inteligencia artificial en nuestra mente, como novedoso fenómeno general que afecta a la sociedad, nos llevó, de forma reiterada, a alejarnos de nuestro foco en los sentimientos artificiales. Unos y otros contertulios mostraron su visión y posición ante la inteligencia artificial en general, echándose en falta mayor foco en torno a los sentimientos artificiales como epicentro de nuestra conversación. Podemos de ello aprender a tomar conciencia de la necesidad de esforzarnos en mantener, en las conversaciones, un hilo que permita ir construyendo, tejiendo y desvelando nuevas perspectivas y miradas, huyendo así de convertir la conversación en una suma de intervenciones que se alejan de la temática concreta tratada.  Dicen que practicando es como se aprende y, sin duda, es cierto.

En general puede decirse que nuestra sociedad está poco preparada para la reflexión y el análisis, y por tanto para conversar, en materia de emociones, sentimientos, sentido, trascendencia e incluso espiritualidad. Pero ante el enorme desarrollo y progreso alcanzado en nuestra sociedad en la dimensión de creación de riqueza material y de capacidades funcionales de todo tipo, nos enfrentamos, en opinión de algunos, a un cambio de paradigma. Y, en esta nueva era de abundancia con nuevos paradigmas, la conversación social sobre el mundo intangible de los sentimientos, las emociones, el espíritu, el arte, la belleza y toda esa serie de ámbitos y aspectos que jamás podrán medirse debería adquirir creciente protagonismo. Y posiblemente, como fruto de esa nueva conversación mejoraríamos el significado y las exigencias requeridas para el uso de la palabra progreso incluyendo entre esas nuevas exigencias aquellas variables que van más allá de lo material y de lo medible para entrar en los misteriosos mundos de las virtudes y el crecimiento humanos, así como el sentido de nuestras vidas promoviendo con ello pasos hacia una mayor sostenibilidad o equilibrio emocional y o mental de la sociedad.

Estamos, como sociedad, perdidos o desconcertados ante la irrupción de estos usos artificiales de los sentimientos. Sin duda, frente a otras funcionalidades que el desarrollo tecnológico de un tipo u otro ha ido aportando a la sociedad, en el caso de los sentimientos artificiales nos enfrentamos a la novedad de la suplantación por una máquina o software de la condición de humano simulando serlo.  ¿Hasta qué punto ello es legítimo si no se efectúa una advertencia clara y continuada frente a sus usuarios? ¿Quién debe responder de las derivas de la interacción de un bot en el campo sentimental? ¿deberán tener los avatares un DNI y atribuirse la responsabilidad de sus actos a sus creadores como ocurre entre humanos reales con la responsabilidad de los padres por las actuaciones de sus hijos menores? Por ello, ante tantas preguntas todavía sin respuesta, algunos consideran que quizá necesitemos un nuevo derecho para regular las interacciones sentimentales de los bots o avatares convirtiendo estas actividades en un nuevo sector regulado.

Constituyendo los avatares que conversan con nosotros un mecanismo para mitigar, aparentemente, los sentimientos de soledad, según algunos estudios, su uso contribuye más al aislamiento de quienes amparándose en estos sentimientos artificiales pudieran entrar en una auto-suficiencia social creando espacios en los que uno, con su avatar, tiene bastante para desarrollar su vida. ¿Es peor el sentimiento de soledad no deseada que un real aislamiento social solo roto por la compañía de un avatar?

Para terminar con un toque de optimismo para quienes temen que la IA nos supere también en el ámbito sentimental, no debemos olvidar que, frente a la gestión de datos bien definidos o delimitados, los sentimientos se mueven en el mundo de lo ambiguo, siendo ello un terreno en el que la inteligencia artificial difícilmente podrá competir con la realidad de las relaciones humanas a ojos de algunos participantes.

El tiempo nos ira alumbrando el camino para mantener una armónica convivencia de los verdaderos sentimientos y los artificiales.

Galería Fotográfica

Foro de Foros en segundos

Educational Pitch de Foro de Foros

Nuestro principal objetivo es dotar de conocimiento a la sociedad civil siendo puente para el diálogo

Descargar

¿Quieres aportar a nuestra continua #Conversación?

¡Comparte tu reflexión en Ágora! Pincha aquí y expresa tu interés en contestar a este tema.  

Ágora es el espacio de Foro de Foros para compartir, dialogar, aprender y dar continuidad a las conversaciones de FdF. Su objetivo es servir de altavoz a las ideas de los miembros de FdF, donde personas como tú pueden expresar sus inquietudes, ideas y reflexiones.  

Deja tu respuesta. Esperamos tu aportación

Compartir :

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Alguna pregunta?

Para más información sobre lo que hacemos, ponte en contacto con nosotros.

¡Gracias!

Sin la colaboración de todos ellos, Foro de Foros no sería posible.

Próxima actividad:

Beers & Movies

25 de junio

Cines Verdi

Días
Horas
Minutos