Los puntos cardinales de la semana

Norte – Lo estamos perdiendo en política.

El análisis de la notoriedad de los políticos en Internet deja una conclusión desoladora: los dos candidatos más mencionados en Facebook, la red social que usa para informarse la mitad de la población, son Pablo Iglesias e Isabel Díaz-Ayuso. Lo llamativo es que casi todas las menciones de cada uno provienen de sus adversarios políticos. Moraleja: es mejor ser enemigo frontal de alguien. Los políticos que insisten en que la crispación no aporta pasan inadvertidos. ¿Acaso si uno no polariza no existe?

Sur – La humanidad se queda sin uno de sus tesoros culturales.

La Biblioteca Jagger, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Fundada en 1829, era un templo de manuscritos y libros antiguos clave sobre todo el continente africano. La mayoría quedaron reducidos a cenizas el domingo pasado. Entre las obras perdidas estaba el Gran Diccionario del IsiXhosa, una de las once lenguas oficiales de Sudáfrica con 7,9 millones de hablantes. También los archivos de los periódicos en esa lengua, el Izimvo Zabantsundu y el Isigidimi Sabantsundu. Todavía no se sabe qué porcentaje del fondo estaba digitalizado, pero los expertos creen que los daños son cuantiosos e irreparables. 

Las llamas arrasaron también otros edificios históricos como el Mostert Mill, el último molino activo de Sudáfrica, construido en 1796. Al margen del desastre, ¿por qué en Occidente prácticamente nadie sabía de la existencia de estas joyas?

Este – El agua radiactiva de Fukushima irá a parar al Pacífico.

Japón ha decidido deshacerse de más de un millón de toneladas del agua que en su día sirvió para refrigerar los reactores dañados de la central en 2011. Activistas medioambientales, pescadores y consumidores han puesto el grito en el cielo, así como China, Corea del Sur y Taiwán. Tokio insiste en que se trata de la opción óptima, dadas las circunstancias. “Es lo pragmático”, en palabras del primer ministro Yoshihide Suga

A pesar de los tratamientos que ha recibido el agua, sigue conteniendo restos de tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno. Se desintegra al 50% al cabo de 12 años. Según la OMS, es un nivel desestimable de toxicidad. No lo ven así los miles de japoneses que se manifiestan estos días y que pedían que se siguiera almacenando el agua hasta que se perfeccione la tecnología de filtrado. ¿Es la mejor solución posible para el mundo? ¿Qué criterio debe primar en estos casos?

Oeste – ¿Nos wokizaremos? 

El movimiento woke o fundamentalismo identitario ha echado raíces en Estados Unidos y está prendiendo en Francia. ¿Llegará a nuestro país? Prepárense porque los próximos meses se anuncian llenos de batallas sobre la libertad de expresión, el respeto A las minorías y el respeto DE las minorías. Veremos a intelectuales que aseguran que uno es víctima de la sociedad en función del género, el color de la piel o la religión. Y a otros que negarán la definición del ser en base a estos conceptos y circunstancias. ¿Cambiarán los estándares sociales como está ocurriendo en América? ¿Y lo llamaremos progreso?

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