«El patrimonio es un motor de desarrollo social y económico»

Entrevista a Bárbara Cordero, Directora General de la asociación HISPANIA NOSTRA por la defensa y puesta en valor de nuestro patrimonio

El patrimonio nacional es un bien común al que muy pocos prestan atención. Ni siquiera las administraciones le dedican los recursos que merece. Es un déficit histórico que bebe de tres causas: el enorme valor y variedad del patrimonio español, la poca sensibilidad social y la falta de financiación pública. El resultado es alarmante: centenares de joyas arquitectónicas, artísticas e industriales están en riesgo de desaparecer o ya han desaparecido sin remedio.

La asociación Hispania Nostra fue creada en 1976 para defender y poner en valor nuestro patrimonio, el cuarto conjunto mundial en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Hablamos con Bárbara Cordero, directora general de Hispania Nostra, sobre el presente y el futuro del patrimonio común.

PREGUNTA.- ¿No es inabarcable la defensa de un patrimonio tan extenso y rico?

RESPUESTA.- Lo es. Yo soy optimista por naturaleza y creo que debemos afrontarlo desde un punto de vista positivo. Hay que salvaguardar el patrimonio cultural, el estado de los monumentos, el patrimonio natural, el industrial… El gran problema es el presupuesto de las administraciones. Las intervenciones en patrimonio son muy costosas. Por poner un ejemplo, Castilla y León tiene 2.500 bienes de interés cultural (BIC) y 17 millones de presupuesto en total. ¿Cómo se puede salvaguardar la mayor cantidad de patrimonio? Dándole un uso, haciéndolo sostenible y mediante la participación ciudadana, porque sin ella no será posible. El patrimonio es una oportunidad, un motor de desarrollo social y económico y es de todos, es parte de nuestra identidad y es nuestro legado a las generaciones futuras. Esto como sociedad debemos entenderlo.

¿Cómo puede un ciudadano defender el patrimonio?

Una manera muy fácil: colaborando con nosotros. Si ves que en tu pueblo el patrimonio está en mal estado y cumplimentas un formulario muy sencillo en nuestra Lista Roja, tal vez podemos salvarlo. No pedimos datos técnicos, solo información básica. Lo encuentran en la página de Hispania Nostra. También se puede formar a los propios amigos sobre la protección del patrimonio. Todos tenemos un pueblo, y los vínculos que se establecen con ese patrimonio son únicos, porque te vincula con tus raíces. La emoción es una gran defensora del patrimonio, lo tenemos comprobado. Ahí están la multitud de campañas de micro mecenazgo que hemos impulsado para restaurar un bien y que han conseguido la cantidad de dinero necesaria. Organicen campañas de micro mecenazgo, conciencien a sus amigos, hagan donaciones si pueden. Sobre todo en pueblos pequeños, necesitamos de toda esa gente que ya no vive ahí pero que mantiene un vínculo estrecho.

¿La despoblación de la España interior ha acelerado el proceso de deterioro del patrimonio?

En la España despoblada juegan muchos factores. El patrimonio es un activo para fijar población, pero no la fijarás si no hay una antena de teléfono en ese lugar; primero hay que disponer de servicios para que una familia se traslade. Es decir, el patrimonio por sí solo no es suficiente. La solución es difícil. Debemos cambiar nuestra mirada hacia el patrimonio, igual que en los Juegos Olímpicos de Barcelona volteamos la mirada hacia el mar o en Bilbao hacia la ría. Esto es lo mismo, si miramos al patrimonio quizá cambian cosas. Un monumento puesto en valor puede crear un puesto de trabajo, ese es el punto de partida.

Seguramente nos falta educación para tener esa sensibilidad.

Hay ejemplos escalofriantes. Suelo dar charlas y en una estuve con alumnos de instituto. Les pregunté si conocen la diferencia entre grafiti y arte urbano, y les expliqué que pintar una fecha con un nombre en una portada románica es vandalismo. Les pregunté si sabían qué significa patrimonio y solo un alumno levantó la mano. Me costó mucho adaptar el nivel a las bases más elementales para que sacaran provecho de la charla. Pero al final es lo que hay, este es el tiempo de las redes sociales y lo digital. Cada generación tiene sus cosas.

¿Las administraciones locales y autonómicas hacen suficiente?

La administración hace lo que puede con el presupuesto que tiene. No puede ser que uno de los patrimonios más importantes según la UNESCO tenga menos presupuesto que las artes escénicas, y eso es porque no se pone en valor desde las instituciones. Para hacer cosas hay que tener músculo y necesitas financiación. Un profesional cuesta un dinero, no puede ser todo voluntarismo. A su pregunta: depende mucho del dirigente o de la comunidad autónoma. Hay alcaldes con una sensibilidad tremenda y otros que como si les hablas de salchichas. A estos últimos, cuando les pones unas cifras de beneficio para su pueblo, cambian su actitud, pero si se lo pones muy difícil no quieren saber nada. Lo mismo pasa con las autonomías, hay algunas como Cataluña con una gran sensibilidad y otras donde no, y eso lo ves en el estado de conservación de los respectivos patrimonios y los usos que se les da.

Usted antes ha citado la Lista Roja de Hispania Nostra. Es su herramienta más popular y con frecuencia vemos noticias al respecto en medios de comunicación. ¿En qué consiste?

La pusimos en marcha en 2007 para visibilizar todos aquellos bienes en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Cualquier persona o asociación puede solicitar la inclusión de un bien en la Lista Roja. Desde que la creamos hemos ido a mejor, pese a la enorme cantidad de bienes en peligro. Hoy hay unos 1.100 bienes en la lista y hemos recuperado un 20% de ellos, que han pasado a la Lista Verde. La Lista Roja es una iniciativa importante y de alto impacto. Si conseguimos que la gente conozca la intrahistoria de un bien, lo valorará. Hay que despertar el gusanillo.

Ponga algún ejemplo de éxito.

El ejemplo del Hospital del Rey en Menorca es fantástico. Un ejemplo de voluntariado que ha estado trabajando 20 años en la isla del Rey para conservar un antiguo hospital naval de 1718. Es impresionante. También en Menorca está Punta Nati, donde había proyectado un parque fotovoltaico de 15 hectáreas que ponía en riesgo el conjunto y se logró que solamente ocupe 5 hectáreas. Hay muchos ejemplos: el monasterio de Medina de Rioseco, en Burgos, o el monasterio de Bonaval, en Guadalajara.

¿Y casos de ruina que le duelan especialmente?

El convento renacentista de San Antonio de Padua en Garrovillas de Alconetar, en la provincia de Cáceres. Estuvo en estado catatónico durante muchos años, peleamos mucho para que se salvara por su valor histórico y artístico, tenía un órgano barroco impresionante, piezas de arte muy valioso, era un lugar interesantísimo y abandonadísimo. Tras mucho esfuerzo al menos logramos que la propiedad revierta en la Junta de Extremadura, pero requiere de una intervención brutal. Ahora está vallado, pero las pinturas se han perdido y ha colapsado parte del claustro. Es tristísimo.

De nuevo, la clave es la sensibilidad social para actuar a tiempo.

Uno de nuestros principales retos es concienciar a la ciudadanía, porque una vez miran hacia el patrimonio las cosas cambian. En Hispania Nostra justo hemos desarrollado una ‘app’ móvil, que se puede descargar en cualquier teléfono, donde se puede acceder a todas nuestras campañas y obtener información útil sobre el patrimonio. Todo es empezar.

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