Sentimientos artificiales

Reflexiones de la sesión de Entre Vinos Conversamos del 9 de abril de 2024.

Durante la reunión de Entre Vinos Conversamos del pasado nueve de abril, al respecto de los sentimientos artificiales, reflexionamos sobre la inevitable incertidumbre que genera la implementación de una herramienta de gran poder como son las Inteligencias Artificiales. Un hecho que sin lugar a duda cambia el paradigma social y laboral de nuestras sociedades.

¿Tenemos la capacidad de entender los riesgos de las Inteligencias Artificiales?

Tras exponer inicialmente el marco de la situación actual, tratamos de averiguar las posibles soluciones presentes y futuras de un problema que vemos venir pero que nos cuesta definir.  Reflexionamos sobre la posibilidad de que una persona sea manipulada emocionalmente por una red neural perteneciente a una gran corporación con intereses ocultos o simplemente sesgos que pueda perturbar la existencia del libre albedrío de los individuos. Este marco impulsó una gran ronda de experiencias de los miembros en la que nos enriquecimos de cómo podemos imaginar este problema mediante las distintas vivencias personales y profesionales, pudiendo descubrir de la ya existente tendencia social de los “Hikikomori” que es un término japonés asignado a las personas que voluntariamente escogen el aislamiento social como forma de vida. Haciéndonos conscientes de como estas tecnologías pueden llegar a acentuar conductas ya existentes a una escalabilidad mayor y global. Otro ejemplo, desde una perspectiva más amplia, fue la preocupación mostrada por algunos de perder la concepción de una perspectiva humana y frágil, que pueda llegar a ser amenazada por una lógica impuesta y generalizada. Sin duda, convirtiendo el evento en un coctel perfecto para ejercitar nuestros ingenios.

En la mencionada ronda analizamos el poder de manejo computacional que tiene la tecnología actual para procesar y almacenar los macrodatos de casi cualquier aspecto de nuestras vidas, apuntalando así una inmensa ventaja que diferencia a una máquina de un ser humano en tareas específicas. Esta reflexión nos derivó a preguntarnos, ¿cuáles son los efectos que pueden generarse en los individuos y en el colectivo de nuestras sociedades, en específico en la sociedad occidental?

¿Cómo podría impactar la IA en nuestros modelos de sociedad y conducta?

Durante la sesión, se identificaron aspectos relevantes que pueden estar impactados por las Inteligencias Artificiales, como son la inteligencia emocional, nuestros modelos de conducta o modelos de sociedad.

Por ejemplo, se reflexionó sobre la posibilidad de un mundo donde aquellas personas que tengan la capacidad de pago de estas tecnologías avanzadas pudiesen destacar con habilidades notables sobre una inmensa mayoría  de seres humanos que estuviesen limitados a un cuerpo y una mente únicamente orgánica. Este cambio dejaría a la sociedad en manos de un sendero de vida guiado por la tecnología. Llevando la conversación a la imaginación de cada uno de un mundo donde la capacidad económica pueda comprar algo más que bienes materiales sino también ventajas cognitivas o ventajosas habilidades.

Otro aspecto sobre el que se debatió fue la posibilidad de delegar de manera negligente nuestras responsabilidades de pensamiento y crítica a unas sofisticadas tecnologías. En este caso, nos preguntamos cuál tendría que ser el marco legal que debemos imponer para poder vivir con la tranquilidad de que se respeten la ética y moral que damos por sentado en la actualidad de nuestro día a día. Nos preguntamos por qué en algunos sectores, como pueda ser el farmacéutico, se establecen unos estándares básicos y unos marcos legislativos muy claros y controlados, ya que el hecho de poder modificar químicamente a un ser humano tiene efectos secundarios con consecuencias significantes, mientras que en esta nueva industria de las Inteligencias Artificiales de acompañamiento, no asumimos que tenga que tener unos controles semejantes por el hecho de que pueda modificar nuestra conducta con intereses particulares. Un aspecto en el que todos estuvimos de acuerdo ante este dilema fue que la educación es un recurso indispensable para que el uso y disfrute de estas nuevas tecnologías se realicen con consciencia y seguridad empoderando al usuario con herramientas para discernir por sí mismo. 

¿Dónde está el límite de la tecnología en el desarrollo? 

Al margen del avance indudable y necesario de la tecnología, en la sesión de Entre Vinos Conversamos pudimos disfrutar de uno de los bienes más preciados del ser humano, la posibilidad de equivocarnos. Un aspecto que las tecnologías no podrán reemplazar y siendo esta la única manera que poseemos para llegar a un fin como es el aprendizaje individual y el progreso social.