«El reto demográfico sube de rango: estas son las claves del problema en España»
Cuando Moncloa filtró que Teresa Ribera iba a ocupar una de las cuatro vicepresidencias del Gobierno, la de Transición Ecológica y Reto Demográfico, los medios pusieron el foco en la dilución de poder que ello iba a suponer para Pablo Iglesias dentro del primer Ejecutivo de coalición. Sin embargo, el anuncio incorporaba un cambio de mayor relevancia: eleva al máximo rango político, a rango de Estado, uno de los principales problemas de España, el de la despoblación y el invierno demográfico.
Uno que tiene un enorme impacto tanto en los ingresos (menos gente joven y trabajadora para mantener a una siempre creciente población pensionista) y más y más complejo gasto (el necesario para llevar infraestructuras y servicios a pueblos cada vez más pequeños).
La preocupación por la demografía no es nueva. A principios de 2017, el entonces gobierno de Mariano Rajoy creó un Comisionado frente al Reto Demográfico, un órgano unipersonal dependiente del Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Lo ocupó Edelmira Barreira Diz. Sus funciones: “dar respuesta a la problemática del progresivo envejecimiento poblacional, del despoblamiento territorial y de los efectos de la población flotante”.
Los últimos datos del INE muestran una foto desoladora de la relación entre nacimientos y muertes en España. En 2019, el crecimiento vegetativo de la población (diferencia entre nacimientos y defunciones) ha sido negativo: tan solo 170.000 nacimientos frente a 215.000 muertes. Solo gracias a la inmigración la población española creció, poco, hasta alcanzar eso sí su máximo histórico, algo más de 47 millones de personas.
Al mismo tiempo la despoblación avanza. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, hay 69 pueblos sin ningún empadronado de menos de 20 años y uno de cada tres mayores de Guadalajara vive y se siente solo. Las plataformas de afectados por la España vaciada, que se manifestaron en octubre por todo el país, piden cosas tan básicas como que haya un hospital a menos de 30 minutos de cada localidad española, una autovía a menos de 30 kilómetros de cualquier localidad, bajadas del IRPF para fomentar la repoblación…
Políticamente, también ha habido una novedad importante en las últimas fechas. Teruel Existe, una plataforma ciudadana surgida del vacío de políticas públicas para paliar la soledad demográfica de zonas como la aragonesa, pero que aplica a otras castellanomanchegas o castellanoleonesas, ha conseguido un escaño, y uno que ha demostrado ser clave en la investidura de un presidente a nivel nacional.
Aunque aún se desconocen las funciones, atribuciones y presupuesto que tendrá la nueva vicepresidencia de Ribera, en marzo de este año el Consejo de Ministros ya aprobó un acuerdo que definía la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico (despoblación, envejecimiento y efectos de la población flotante). Incorpora medidas para reforzar la presencia de jóvenes y proteger a las mujeres del mundo rural, incentivar que la población se quede en el campo, favorecer el emprendimiento con medidas fiscales o el turismo como vehículo de riqueza hacia fuera de las ciudades.
Pretende que haya internet de banda ancha y de telefonía móvil en todo el territorio, simplificar los trámites administrativos con el fin de facilitar la gestión de los ayuntamientos, normalmente a cargo de voluntarios. Todo se enmarca dentro de planes marco de la Unión Europea (Agenda 2020) y mundiales (Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2030, esta última dentro de la vicepresidencia social de Pablo Iglesias, lo que adelanta una interacción constante entre ambos ministros).
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