El estigma de la FP
Derribar viejos prejuicios sobre la Formación Profesional es clave para nuestro sistema laboral. Por suerte, se están produciendo avances.
Hace ya muchas décadas que los estudios de Formación Profesional (FP) son el patito feo de la educación en España. La salida para los malos estudiantes, el camino deslucido hacia empleos poco cualificados y con escaso recorrido salarial. Pero esa percepción injusta está cambiando desde hace algunos años al calor de la nueva realidad laboral. El estigma de la FP se diluye.
El desprecio histórico hacia la Formación Profesional en favor del bachillerato y la universidad ha saturado las facultades de alumnos, muchos de ellos en carreras con una empleabilidad escasa, algunos también forzados a cursar una carrera por presión familiar. Pues ir a la universidad es un fin en sí mismo para cientos de miles de jóvenes cuyos padres jamás han podido tener ese privilegio. Esto ha hecho que empleos técnicos cuyos profesionales se forman en la FP tengan escasez de efectivos por falta de relevo generacional (fontaneros, carpinteros, albañiles, operarios navales y un largo etcétera), y que por ende los estudiantes que sí cursan Formación Profesional gocen de unas salidas laborales excelentes, muy bien remuneradas en ciertas ocasiones, en contraposición a la falta de oportunidades y salarios precarios de los graduados universitarios, a excepción de ciertas ramas.
“La Formación Profesional no tiene el reconocimiento que se merece en la sociedad española. Aunque en los últimos años el porcentaje de alumnos matriculados haya aumentado considerablemente y se haya demostrado la cantidad y calidad de salidas profesionales que esta modalidad tiene, hay padres y madres que siguen sin estar convencidos”, señala un estudio del Observatorio de Caixabank Dualiza. “Del casi 80% de los encuestados que considera que siguen existiendo prejuicios, solo el 20% admite tenerlos. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿están los padres y madres arrastrando prejuicios obsoletos que nada tienen que ver con la realidad actual de la Formación Profesional?”.
En una entrevista en RTVE, Pilar Martínez-Clares, profesora de la Universidad de Murcia, apuntó a la raíz del problema: “Esta imagen estereotipada de la FP arraigó en la población española sobre todo a partir de la ley de los años 70, que canalizó a quienes no superaban la EGB por la ‘vía de desagüe’ del sistema educativo. Esta salida se oficializó durante décadas en los informes orientadores de final de estos estudios y ha continuado hasta nuestros días bajo el mantra de ‘el que vale a Bachillerato y el que no a FP”.
Pero las necesidades del mercado laboral están ganando terreno al prejuicio. Lo demuestran los datos. La Formación Profesional superó por primera vez el millón de matriculados durante el curso 2021-2022, un 29,8% más que cinco años antes. El grado medio de FP, al que se accede una vez terminada la ESO con 16 años, ha ganado más de 87.000 estudiantes hasta superar los 437.000 en 2021-2022. Un buen dato de matriculación que nos deja aún 13 puntos por debajo de la media de la Unión Europea. Según los datos de Caixabank Dualiza, completar un grado medio, que es la tabla formativa básica para un empleo, registra un 65% de inserción laboral en España.
Nuestra realidad laboral exige que los jóvenes se sacudan la idea de que la Formación Profesional es una especie de fracaso académico, y eso es algo que debe surgir de los padres en primer lugar. Es cierto que los estudios universitarios continúan gozando de una mayor proyección salarial y reputacional en términos generales. Son, por así decirlo, el camino más despejado hacia ese ascensor social que toda familia quiere para sus hijos. Pero esa apreciación está llena de matices. Cada persona labra su propio camino en función de sus aptitudes e intereses, y es gozando de libertad (y motivación) para elegir su formación laboral cuando alcanzará la cumbre de su desarrollo profesional.
“Cuando les cuentan las posibilidades que tiene de futuro estudiar una FP, se dan cuenta de que no se están equivocando absolutamente para nada”, dice el chef Paco Roncero en un vídeo de Caixabank Dualiza. Roncero se formó en una escuela de hostelería y hoy es uno de los cocineros más prestigiosos de nuestro país, además de empresario de éxito. También se expone el ejemplo de Martina Matencio, fotógrafa de prestigio en el mundo de la moda, que se formó en un ciclo superior de FP: “A pesar de que parte de mi familia me dijo que no estudiase el ciclo superior, yo lo estudié porque lo quería y lo tenía claro. Le diria a los chicos y chicas que estudien lo que realmente les apetezca y, sobre todo, que confíen en ellos, en el trabajo que hacen”.
Un informe de Fundación Axa señala que en España un 63% de las compañías no consigue encontrar los candidatos necesarios, tocando su pico en Baleares con un 80%. Son empleos que exigen especialización mediante una FP, pero no hay titulados suficientes para satisfacer la demanda. En cuanto al estigma de la FP, Fundación Axa publica una encuesta que se refleja como buena parte de la población descarta este tipo de formación por la perspectiva de poco reconocimiento social y salarial, fracaso académico y falta de oportunidades para seguir creciendo.
Según la profesora Martínez-Clares, “actualmente solo 25% de la población activa dispone de cualificación intermedia y el 35% tiene cualificación baja, cuando en 2025 el 50% de los trabajos requerirán un nivel de cualificación media (técnicos y técnicos superiores de FP) y solo el 16% un nivel bajo, según el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional”.
A partir del próximo curso, el 2024-2025, la oferta de plazas de FP en España se incrementará significativamente, así como su dotación presupuestaria, en base a la ley impulsada por el Ministerio de Educación. En concreto, 298.400 nuevas plazas con 677 millones de euros de inversión. Es un paso al frente en la puesta en valor de un amplísimo rango de profesiones, sobre las que recae buena parte del futuro de nuestro sistema laboral.
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2 comentarios
La Fp despegará cuando tenga un coste económico similar a la universidad.
En otros países ya ha sucedido y aquí todavía se tiene la idea de que lo caro es mejor sin tener en cuenta la calidad, solo las apariencias.
Muchas gracias por tu comentario.
Toda reflexión es muy bienvenida
Un abrazo,
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