El 1 de mayo fue el primer día de una nueva era en Japón, la era Reiwa (bella armonía), la del reinado de Naruhito. El nuevo emperador relevó a su padre Akihito, quien abdicó del trono Crisantemo, poniendo fin a la era Heisei (paz). A sus 59 años, Naruhito se convirtió en el segundo emperador con mayor edad al alcanzar este puesto, y también en el primero que ha estudiado en el extranjero tras haber cursado una estancia de investigación post-universitaria en Oxford (Reino Unido). El mandato de Akihito se centró en la defensa del pacifismo de Japón tras la II Guerra Mundial y una gran actividad internacional para cerrar las heridas del colonialismo nipón. También por mostrarse cercano con su pueblo, visitando, por ejemplo, zonas castigadas por desastres naturales.