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El pasado 30 de noviembre de 2016, Foro de Foros organizó la Conversación Intergeneracional “El conflicto en nuestra sociedad».
El mundo actual se dirige hacia una época de conflictos significativos, serios e importantes. Estamos reviviendo una crisis económica larga y profunda a la que no se le ve salida a corto o medio plazo, quizás la crisis más importante que hemos sufrido, y no solo en España, si no a nivel global. A ello se une la convulsión sociológica que vemos reflejada en acontecimientos tan sonados como las elecciones de EEUU y la consecuente victoria de Trump. O bien, en el caso europeo con el Brexit. Son asuntos con un peso sociológico enorme. Podríamos definirlo como un conflicto decisivo y decidido contra lo establecido. Ante este escenario es momento de buscar nuevas vías de convivencia y de diálogo.
Para que puedas forjarte tu propio criterio y conocer la mayor cantidad de puntos de vista sobre este tema, hemos recopilado lo más interesante de la sesión.
Entre los aspectos considerados durante la conversación, destacó la insistencia en ser conscientes del momento en el que estamos, tenemos que empezar a asumir que los niveles de incertidumbre van a ser crecientes. Como consecuencia conviviremos en una sociedad más conflictiva. Por lo tanto, debemos pensar acerca de cómo negociar y tratar estos conflictos, sin olvidar los grandes avances en tecnología y ciencia, lo que nos llevará a afrontar estas dificultades con nuevos mecanismos.
También pudimos intercambiar puntos de vista sobre lo que ocurre en la sociedad, que es la suma de todos los conflictos individuales. Se dice que el conflicto tiene su origen en el autoengaño; nos negamos a comprendernos a nosotros mismos y a comprender a los demás. Creemos que tenemos la razón, pensando que nuestra razón es la única. Los conflictos tienen dos ingredientes: por un lado la escasez de algo y por otro lado, las emociones negativas.
Para poder gestionar los conflictos tenemos que hacer un esfuerzo por comprender. Comprender no necesariamente significa estar de acuerdo, significa sencillamente entender cómo funciona. Debemos medir y pensar de forma objetiva. Asimismo, hemos de aprender a influir positivamente en las personas para poder desarrollar diálogos efectivos.
El derecho a no dialogar no existe, y menos en una época en la que están en juego valores tan importantes como puede ser el derecho a la intimidad, la dignidad humana o la calidad democrática. Aceptando que la democracia no implica estar de acuerdo, consiste en saber convivir en desacuerdo, y esto se consigue mediante la conversación y el respeto al prójimo. Por eso mismo, no podemos renunciar al diálogo. Si renunciamos, estaremos ante una sociedad incapaz de dialogar y conversar, y las consecuencias serán una democracia deteriorada con el paso del tiempo.
Finalmente, la conversación ayudó a ser conscientes del desafío que tenemos todos y cada uno de nosotros. Este desafío se basa en entender y aceptar al otro, abriendo las puertas al dialogo. Todos tenemos dentro una necesidad y deseo de dialogar, aunque muchas veces no sabemos cómo hacerlo. Es preocupante que cada vez haya menos diálogo, se está perdiendo a una velocidad de vértigo, desde el político al empresarial, pasando por el propio diálogo entre ciudadanos.
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