El pasado 25 de abril de 2016, Foro de Foros organizó la Conversación Intergeneracional “Inmigración en España realidad y mito».
Hace no muchos años la inmigración interna en España era algo necesario, llegando incluso a ser vital. Las personas se movían geográficamente dentro del territorio peninsular para buscarse otro modo de vida, uno que les diera esperanzas de un futuro mejor. Así se formaron muchas de las comunidades autónomas que hoy conocemos y permitieron, entre otras muchas cosas, que árboles genealógicos de muchas familias españolas tuviesen orígenes diversos. La Conversación Intergeneracional de Foro de Foros en Barcelona contó con la presencia de Anna Terrón, con una relevante carrera en las instituciones Europeas y con un importante conocimiento de los aspectos migratorios, y Joaquín Arango, catedrático de Sociología y presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) entre 1991 y 1996.
Para que puedas forjarte tu propio criterio y conocer la mayor cantidad de puntos de vista sobre este tema, hemos recopilado lo más interesante de la sesión.
La inmigración ha estado siempre presente en nuestras sociedades; sin embargo, recientemente, ha vuelto con una intensidad e importancia que está siendo transcendental para el futuro de los Estados y la Unión Europea en sí misma. Dentro de un entorno cotidiano, la inmigración suele tener una connotación negativa al asociarse con otros temas que afectan a la actualidad pero que tienen poco que ver. La inmigración es vista como no querida, acogiendo los inmigrantes una etiqueta de “needed but not wanted”, y todo esto debido a la imposibilidad por parte del Estado de controlar este tipo de movimientos. El Acuerdo de Schengen desarrolló una serie de medidas relacionadas con la seguridad que el hipotético fin de la libre circulación pone en riesgo. Los participantes del debate no consideraron que hubiese una forma de cerrar las fronteras para las personas sin el cierre asimismo de las fronteras para los bienes y servicios, lo cual generaría un impacto económico en Europa. Se puso de manifiesto la perplejidad ante la negativa de más de una decena de Estados de la Unión Europea contrarios a aceptar una determinada cuota de refugiados.
Joaquín Arango sostiene que el malestar en torno a los emigrantes, dista de ser privativo de Europa, pero sí que es acaso especialmente sentido entre nosotros, concluyendo que «los países europeos se encuentran entre el Scylla del reconocimiento de obligaciones morales y políticas, propio de sociedades democráticas, y el Caribdis de fuertes reticencias hacia la recepción de inmigrantes y su plena incorporación a la sociedad y a la nación». Asimismo, en Información Comercial Española “Inmigración, cambio demográfico y cambio social” , Arango ha planteado las consecuencias económicas y sociales de la inmigración, o, al menos, algunas de ellas; y todo ello referido principalmente a España, aunque sobre el telón de fondo de otras experiencias que proporcionan una perspectiva comparativa. Y desde un enfoque macro, en “Las migraciones internacionales en un mundo globalizado”, documento a cargo de la Universidad Complutense, dice Arango que al lado de la relación migratoria, los países desarrollados y de alto nivel de renta necesitan inmigrantes, por razones demográficas y laborales. «Pero en muchos de ellos la lógica económica y demográfica cede ante la lógica política y securitaria que emana de la existencia de fuertes rechazos a la inmigración y a la sociedad multicultural».
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